miércoles, 2 de diciembre de 2009

"El miedo a la Libertad": ERICH FROMM


Erich Fromm (n. 23 de marzo de 1900 en Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania - 18 de marzo de 1980 en Muralto, Cantón del Tesino, Suiza) fue un destacado psicólogo social, psicoanalista, filósofo y humanista alemán.

Miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Frankfurt, participó activamente en la primera fase de las investigaciones interdisciplinarias de la Escuela de Frankfurt, hasta que a fines de los años 40 rompió con ellos debido a su heterodoxa interpretación de la teoría freudiana (intentó sintetizar en una sola disciplina el Psicoanálisis y los postulados del Marxismo). Fue uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del siglo XX.

En unos de sus libros habla del "miedo a la libertad",que se consigue a través de un proceso de individualización que tiene unas consecuencias:

La individualización de la que habla Erich Fromm es un proceso de implica el crecimiento de la fuerza y de la integración de la personalidad individual, pero es al mismo tiempo un proceso en el cual se pierde la originaria identidad con los otros, por lo que el niño se separa de los demás.

La creciente separación puede desembocar en un aislamiento que posea el carácter de completa desolación y origine angustia e inseguridad, o bien de un lugar a una nueva especie de intimidad y de solidaridad con los otros.

Esto quiere decir que el individuo carece de libertad en la medida en que todavía no ha cortado los lazos que le atan a su medre, ya que le ofrece seguridad y orientación, y cuando el individuo se haya libre de estos vínculos primarios, su nueva tarea es la de arraigarse y orientarse en el mundo y encontrar la seguridad siguiendo caminos distintos.

Este proceso de individualización es reforzado por la educación más tarde.

También tiene un creciente carácter dialéctico:

- Primero el niño se hace más fuerte, desde el punto de vista físico, emocional y mental. Se desarrolla una estructura organizada, guiada por la voluntad y la razón individuales.
También crece la fuerza del yo, por las condiciones sociales.

- Después aumenta la soledad al separase de los vínculos primarios que crea un sentimiento de angustia e impotencia.

Para evitarla acude a la sumisión, que aumenta la inseguridad, y la relación espontánea hacia los hombres y la naturaleza.
Esta identidad con la naturaleza, clan, religión, otorga seguridad al individuo, ya que pertenece a esa estructura.

Este crecimiento de la libertad humana posee también un carácter dialéctico: por un lado, se trata de un proceso de crecimiento de su fuerza e integración, de su dominio de la naturaleza, del poder de su razón y de su solidaridad con otros seres humanos, pero, por otro, esta individualización creciente significa un aumento de la inseguridad y aislamiento, y una duda creciente sobre su propio papel en el universo, del significado de su vida que crea un sentimiento de impotencia e insignificancia como individuo.

Hay solo una solución posible que pueda fundamentar las relaciones entre el hombre individualizadazo y el mundo: la solidaridad activa con todos los hombres, su actividad, trabajo y amor espontáneos, capaces de volverlo a unir al mundo salvando su carácter de individuo libre e independiente.

Fromm. E. “El miedo a la Libertad”, 1976. Madrid: Paidos

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